miércoles, 23 de junio de 2010

APROXIMACIONES A LA BIOÉTICA

LA BIOÉTICA DESDE EDGAR MORIN

 Filósofo y político francés de origen judeo-español (sefardí), nacido en París el 8 de julio de 1921, su nombre anterior era Edgar Nahum.
El pensamiento de Morin, basado en la idea de las tres teorías, en la cual, argumenta que todavía estamos en un nivel prehistórico con respecto al espíritu humano y solo la Complejidad puede civilizar el conocimiento.
En ella se puede adentrar en el desarrollo de la naturaleza humana multidimensional, la lógica generativa, dialéctica y arborescente, del cual cuando el universo es una mezcla de caos y orden; a partir del concepto y práctica de la Auto-eco-organización, el sujeto y el objeto son partes inseparables de la relación autoorganizado-ecosistema.
Además introduce en la ciencia, conceptos que estaban en pausa para aplicarlos a su pensamiento (aleatoriedad, información en el ambiente y sujeto con su creatividad) y ver los fenómenos integrados en el énfasis de las emergencias e interacciones y no en las sustancias.
El Ser Humano complejo.-
Es importante para la comprensión de los desvaríos y devenires de lo novedoso en el campo de conocimiento como de las posturas éticas q ello genera, comprender la naturaleza humana desde la perspectiva analítica de  Edgar Morin[1].
El ser humano complejo, lleva en si un modo bipolarizado, las siguientes características antagónicas:
·        Racional y delirante (sapiens y demens)
·        Trabajador y lúdico ( faber y ludens)
·        Empírico e imaginador (empiricus e imaginarius)
·        Económica y dilapidador (economicus y consumans)
·        Prosaico y poético ( prosaicus y poeticus)

En ese orden de ideas, concebir el proceder del ser humano con estas interacciones múltiples, connota q el hombre es racionalidad, pero también locura, mito, afecto, economía, dilapidación… entonces tampoco resulta difícil verlo desde perspectivas q para la racionalidad y el afecto resulte locura o delirio, valga hablar de los comportamientos que dejan poco que desear como esa tendencia caótica hacia la destrucción, a la ruptura con ordenamientos deseables  por casi todos los grupos sociales. Podemos hablar de las guerras, la violencia, agresión construcción de posiciones extremistas, que no dan posibilidad de intervención racional o dialógica. Me refiero a las actuaciones provenientes de las acciones terroristas y/o bioterroristas.
Pero, ahí tenemos el perfil del humano, históricamente buscador de nuevas alternativas de vida y mejor vida, pero también protagonista incendiario de lamentables episodios de la humanidad; la persecución a los Judíos, a los cristianos, a los llamados brujos en el medioevo, a los inventores e innovadores en todas las disciplinas por hacer ruptura paradigmática; los creadores de armas biológicas y químicas, los que en nombre de Dios ha arrasado con pueblos enteros, los que en nombre de la verdad y la justicia, se erigen como potencias “protectoras” de los mas vulnerables, no importando el costo de otras vidas,
Lo que denominaría Morin: “homo complexus”, somos criaturas sensibles, neuróticas y delirantes, al mismo tiempo que racionales.
Del mismo modo hablamos de un sujeto plural, contextual izado y en interacción con sus semejantes. El desafió incesante en que se encuentra el ser humano como individuo, como sociedad y como especie provoca en toda esta dinámica.
Morin, diría: “Vivimos bajo el imperio de ideas racionalizadoras, que no consiguen darse cuenta de lo que sucede y privilegian lo sistemas cerrados, coherentes y consistentes. La ciencia económica contemporánea –formalizada y matemática- es un magnifico ejemplo de racionalización. Esta completamente cerrada, no consigue percibir las pasiones, la vida, la carne de los seres humanos. Por eso es incapaz de hacer previsiones cuando surgen acontecimientos”[2]
Pero, finalmente asumo el comentario del autor q vengo trayendo a colación cuando a propósito de la construcción de una política de civilización frente a la destrucción que sobre los seres vivos incluido él mismo, dice:
“La tarea es inmensa e incierta. No podemos sustraernos ni a la esperanza ni a la desesperanza. La misión y la dimisión son igualmente imposibles. Debemos armarnos con una “ardiente paciencia”. Nos encontramos en las vísperas, no de la lucha final, sino de la lucha inicial”.

Construir un futuro posible, con apoyo de la Bioética.-
La Bioética como la disciplina que se ocupa de lo que debe ser o debería haber, y en su comprensión de los seres humanos, como seres bio-culturales, puede entender esa complejidad, como un pensamiento multidimensional, dado que conocer no es entendido por la Bioética como clasificar y archivar, sino como desafiar discutir, disolver y reconstruir, haciendo que toda solución a un problema produzca una nueva pregunta y que toda pregunta abra espacios reflexivos, con muchas dimensiones y confines y escasas posibilidades de evasión.
Se hace vitalmente posible proyectarnos un futuro posible a pesar de los desvaríos. Necesitamos conservar la herencia cultural, la fidelidad a nuestras raíces, conquistar este presente caótico y desesperanzador, por un modo poético. Con acceso a la comunión, el amor y el júbilo desde la familia, pasando por las instancias gubernamentales, hasta por los grupos marginados, fuera de la ley, con fórmulas de tolerancia, diálogo y humildad, desde y hasta todos los protagonistas de este entramado mundo social y político.
Finalmente recuerdo una frase e Edgar Morin: “No olvides que la realidad es cambiante, no olvides que lo nuevo puede surgir y, de todos modos, va a surgir”.

La mirada transdisciplinar.-
Es objeto de la Bioética su aproximación a las disciplinas que puedan de manera eficiente dar luz a los panoramas, que como en el tema del conocimiento científico y sus resultados azarosos en algunos casos y en otros programados, confluyen a situaciones problema por poner en entredicho la permanencia digna de la especie humana, o por lo menos la permanencia tranquila con una mirada a las futuras generaciones.
El papel de la Bioética es de vital importancia cuando se propone el reconocimiento de diversos niveles de realidad ofrecidos por disciplinas y áreas desconocimiento, como la microbiología, la genética, la física y la sociedad misma.
Su papel confrontativo de los datos ofrecidos por los diversos niveles de realidad, ofrecidos por las diversas disciplinas, permite una trazabilidad de apertura de todas esas disciplinas, que aún la trascienden,
Presupone todo ello, una mirada abierta, una racionalidad abierta, un campo para la intuición y la lógica.
Un diálogo y comprensión más allá de las ciencias exactas, con las ciencias humanas, también con el arte, la literatura, la poesía y las experiencias intimistas e interiores.
El tema de la dignidad del ser humano inmerso en este universo de conocimiento transdisciplinar, y su vivencia histórica en el universo y en la madre tierra, como su hogar transitorio, permiten ver al ser humano con derechos propios de ser habitante de la tierra, de una nacionalidad, de una cultura, de sus mitos, creencias.
Finalmente, la Bioética en su camino de construcción teórica se funda en el respeto a las alteridades de la vida unidas por mismo código genético, con apertura a la tolerancia de las diferentes posturas, todas ellas que por supuesto traigan consigo órdenes creativos, generadores de nuevos acontecimientos, ajenos a posiciones nihilistas. Adicionalmente, del pensamiento complejo de Morin, realizaré finalmente algunos aportes.












[1] : Filósofo y político francés de origen judeo-español (sefardí), nacido en París el 8 de julio de 1921, su nombre anterior era Edgar Nahum
[2] Edgar Morin.- Pensamiento Complejo.-

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