miércoles, 11 de marzo de 2009

De la conciencia...

PARADIGMA BIOÉTICO EN LA CONCIENCIA DE SI MISMO Y EL OTRO

Resumen.-

El concepto de conciencia desde el entramado clínico-neuronal, con la exposición de estudiosos de la mente y el cerebro como Michel S. Gazzaniga y V. S. Ramachandran, en el marco de sus manifestaciones cruciales, tales como el envejecimiento cerebral, sus variadas manifestaciones y las enfermedades mentales.

La importancia de las qualia como el problema de la sensaciones subjetivas y del si mismo. Del mismo modo, la comprensión de conceptos de carácter filosófico, tales como el libre albedrío y la noción del si mismo reflexivo apoyado por los fenómenos del lenguaje, y en especial por el reciente descubrimiento de las neuronas espejo, que implicitan la importancia del “Otro”, como seres vivos sociales, cuyas estructuras se retroalimentan en el encuentro organizativo, capaz de moldear los pensamientos y las creencias.

Esta mirada interdisciplinar es facilitada por la Bioética como herramienta que puede aplicar el manejo y la comprensión de los seres vivos, en especial el ser humano, de forma multidimencional como ser biológico, social y ético.

Abstrac.-

The consciente of the other and itself.

The concept of conscience from the clinical and neural perspective , with the exposure of the brain and mind reserch as Michel S. Gazzaniga and V. S. Ramachandran, within their crucial events, such as the aging brain ,its various manifestations and mental illness.

The importance of Qualia as the problem of subjective sensations and of itself. Similarly, an understanding of philosophical concepts such as free will and the notion of himself reflexive supported by the phenomena of language, especially by the recent discovery of mirror neurons, which implicitly the importance of the `other one` live as social beings, whose the feedback structures are in the organizational meeting, able to shape the thoughts and beliefs.

This interdisciplinary look is provided by the Bioethics as a tool that can implement the management and understanding of living organisms, especially human beings, so as multidimencional be biological, social and ethical.

Palabras claves.-

Conciencia, neuronas espejo, los qualia, Bioética, cerebro.

Keywords.-

Conscience, mirror neurons, the qualia, Bioethic, brain

El concepto conciencia alude al reconocimiento de si mismo y del entorno circundante, como definición básica. Desde el punto de vista clínico, este concepto guarda relación con la capacidad de reconocer experiencias, de reaccionar intencionalmente ante determinados estímulos y la capacidad de auto-comprensión. Serafín Lemos[1] Catedrático de Psicopatología de la Universidad de Oviedo, citando a Sims[2] habla de tres dimensiones claramente distintas en el continuo de conciencia normal-inconsciente: vigilancia, lucidez y autoconciencia. Tres instancias que nos plantea la contextualización apriorística del fenómeno de la conciencia.

La alusión de vigilia se refiere a la capacidad para mantenerse deliberadamente atento o despierto, en contraste con los estados de somnolencia o de sueño profundo; estado que no guarda una facultad uniforme, sino que se presenta cambiante dependiendo de las circunstancias ambientales. Las diferencias cualitativas de la vigilia vienen determinadas por la naturaleza de las actividades que la persona pone en práctica, las cuales modifican y dan versatilidad el significado de la atención.

La lucidez hace referencia a la claridad del pensamiento y la capacidad para recibir y procesar la información que llega por medio de los sentidos. En oposición se encuentran estados tales como el sopor que suele utilizarse para describir un estado de somnolencia en el que la persona solamente puede ser activada mediante estímulos fuertes. La obnubilación como estado de ligero deterioro del pensamiento, la atención, la percepción y la memoria, existiendo una escasa percepción de conciencia en torno al ambiente. Este fenómeno puede apreciarse en trastornos orgánicos agudos, como son la intoxicación por alcohol o drogas, traumas craneales, meningitis, etc. El estupor es una condición clínica en la cual la persona permanece en un estado de inmovilidad, mutismo y falta de respuesta ante estímulos, aunque con la apariencia de estar despierto al tener los ojos abiertos y seguir objetos externos; sin embargo, cuando la persona cierra los ojos, se resiste a volver a abrirlos. Los reflejos, no obstante, se mantienen normales.
El nivel más grave de alteración de la lucidez mental es el estado de coma, según comenta Lemos, en donde el paciente no da muestras de actividad mental o motora, salvo la presencia de respiración, ni responde a estímulos fuertes.

La autoconciencia Capacidad introspectiva, que se puede manifestar desde una adecuada metacognición o insight, hasta los estados y comportamientos inconscientes. Algunas alteraciones psicopatológicas de la autoconciencia han sido descritas como mecanismos de defensa freudianos, que afectan al reconocimiento de la propia identidad o a la memoria, y que incluyen fenómenos tales como la represión, negación, desplazamiento, sublimación, racionalización, proyección, etc., en los que estaría mermada la capacidad para reconocer y valorar adecuadamente las propias motivaciones, intenciones y conductas.

En este orden de ideas es de vital importancia hacer referencia a las argumentaciones de carácter psiconeurológico del concepto conciencia o noción del yo, libre albedrío y responsabilidad; para ello, traigo a colación dos científicos especializados en el estudio del cerebro, ellos son Michel S. Gazzaniga[3] y V. S. Ramachandran[4] .

Para Gazzaniga, hablar de conciencia[5] suele interpretarse como un atributo del ser sensible, conocedor de los efectos de sus propias acciones sobre si mismo y sobre los demás. Hace del mismo modo la precisión de la diferencia entre el uso cotidiano del término y el sentido clínico. En el sentido clínico, la conciencia hace alusión a un estado de atención y de vigilia, y expresa:

“Una persona en coma está inconsciente, una persona con Alzheimer avanzado no está consciente; un bebe recién nacido es consciente, sabe que su madre ha entrado en una habitación. Pero la función cerebral del paciente en coma está probablemente mas desarrollada que la del recién nacido”.

El envejecimiento cerebral es una referencia importante en lo tocante a la capacidad cognitiva, la conciencia de si mismo y el entorno. Para nadie es oculto que el punto crítico del envejecimiento conlleva la pérdida de funciones mentales, que a su vez plantea serios problemas de carácter ético. Actualmente “se sabe que el cerebro es lo que sustenta, gestiona y genera el sentido de la identidad y de la personalidad, la perspectiva del otro y la esencia humana”.

Dado que el envejecimiento es el punto crítico en lo tocante al deterioro del estado de conciencia, como estado de alerta y vigilancia, Gazzaniga expresa que en el cerebro los cambios en la conectividad se observan sobre todo en el córtex prefrontal y en el hipocampo, signos típicos del envejecimiento cerebral. El córtex prefrontal es la parte del cerebro que influye en la memoria a corto plazo, una especie de “bloc de notas mental”. Y el hipocampo es una estructura que recibe la información sobre los acontecimientos en curso y decide si dicha información ha de almacenarse en la memoria a largo plazo.

Afirma este connotado estudioso de la mente que: “En el proceso de envejecimiento, además de una reducción del número de conexiones (sinapses) entre neuronas en la corteza cerebral, se observa una acusada destrucción de la mielina (el tejido adiposo que aísla la células cerebrales y contribuye a envías las señales con mayor rapidez). Los estudiosos con resonancia magnética funcional han relacionado directamente el deterioro del córtex prefrontal con la pérdida de la memoria que regula el orden en que ocurren las cosas (memorial temporal) y de la memoria a corto plazo (la memoria del bloc de notas) para el lenguaje.

Otra manifestación del envejecimiento del cerebro es la “ralentización mental. La pregunta, es ¿por qué se producen estos cambios? Existen varias hipótesis, divididas en dos categorías: La “teoría del error”que implica los errores genéticos, los daños producidos en las células y otros efectos nocivos de carácter ambiental, adquieren importancia con el paso del tiempo. Y la “Teoría programada” significa que los genes están programados para envejecer. Así las cosas, el sentido de si mismo, de los demás y demás se ve seriamente afectado en este estadío, que de forma normal, es el proceso que todo ser humano vivo, en condiciones normales. De mismo modo, es pertinente señalar que el envejecimiento cerebral puede tener lugar de forma anormal, y en relación con ello, el 15% de los mayores de 65 años desarrollan una demencia senil, que implica varios trastornos y lesiones que pueden provocar el deterioro de las capacidades cognitivas. Factores como el consumo excesivo de alcohol, tabaco y el estrés crónico, las lesiones cerebrales y las enfermedades de Huntington, Parkinson, derrames cerebrales, pueden dar lugar a una demencia senil. Respecto al estado mental de estas personas, expresa: “los incapacita para implicarse moral o éticamente en cualquier cosa. Están desligados del mundo. En cierto sentido espantoso, ya no son siquiera miembros de nuestra especie, si la pertenencia a la misma requiere la superación de ciertas pruebas mentales básicas de competencia”.

En cuanto al tema propiamente de la responsabilidad y libre albedrío[6], Gazzaniga se plantea: “¿nuestra especie posee “libre albedrío?”¿El acusado cometió aquel crimen horriblemente y por elección, o fue algo inevitable a causa de la naturaleza de su cerebro y sus experiencias pasadas? ¿Debemos abandonar el concepto de responsabilidad personal? No lo creo. Considero que debemos distinguir entre cerebro, mente y personalidad. Las personas son libres y, por tanto, responsables de sus acciones; los cerebros no son responsables.”

A propósito del tema dos Neurocientíficos, Michael Platt y Paul Glimcher, de la Universidad de Nueva York, estudian el cerebro del mono analizando la actividad de las neuronas en el “lóbulo parietal inferior”Su experimentos refuerzan paradójicamente la idea que el cerebro actúa por su cuenta antes de que seamos consientes de sus acciones. Encontraron que las neuronas de esta zona del cerebro cambian sus pautas de descarga en función del tamaño de la recompensa que probablemente se va a recibir, lo cual indica que esta parte del cerebro cumple una función esencial en la decisión de si se actúa o no. “Muchas experimentos recalcan la idea de que el cerebro hace cosas antes de que lo sepamos”.

En concreto respecto al tema de las conductas criminales, aporta algunos cometarios en torno a investigaciones sobre la conducta violenta: “Los criminales que cometen actos reiterados de violencia suelen tener un trastorno de personalidad antisocial (TPA), que se caracteriza por la falsedad, la impulsividad, la agresividad y la falta de remordimientos[7].Los que padecen (TPA) tienen una conducta social anormal y una falta de mecanismos inhibitorios a menudo asociados con el funcionamiento normal del lóbulo frontal”. Así las cosas, y los datos arrojados por varias investigaciones en torno al tema, las lesiones en las regiones prefrontales del cerebro confirman que el córtex prefrontal tiene una función esencial en la conducta social de los individuos. Sin embargo, se requiere aún más investigación sobre el tema para determinar que magnitud de lesión prefrontal se requiere para que cese la función inhibitoria del cerebro. Finalmente, en este tema de responsabilidad, es valioso resaltar lo expuesto por Gazzaniga, cuyas voces: “La neurociencia tiene poco que aportar a la comprensión de la responsabilidad. La responsabilidad es un constructo humano que existe solo en el mundo social, donde hay más de una persona. Es una regla construida socialmente que existe solo en el contexto de la interacción humana. Ningún píxel de una imagen cerebral podrá manifestar culpabilidad o no culpabilidad”. Del mismo modo afirma: “La neurociencia nunca encontrará el correlato cerebral de la responsabilidad, porque es algo que atribuimos a los humanos –las personas-, no a los cerebros. Es un valor moral que exigimos a las personas de nuestro entorno, los seres humanos que se rigen por reglas. La idea de responsabilidad, constructo social que existe en las reglas de una sociedad, no existe en las estructuras del cerebro”.

En consecuencia, respecto al tema de la responsabilidad humana, nos deja la convicción de que se trata de un carácter netamente construido y alimentado en el encuentro con el otro, en los juegos de alteridad y reciprocidad de que son capaces únicamente los humanos.

De otra parte, Ramachandran, afirma encontrar que la Neurociencia ha empezado a responderse profundos interrogantes que antes pertenencia al ámbito de la filosofía[8]. Preguntarse por ¿Qué es el libre albedrío? ¿Qué es el arte? ¿Qué es el si mismo? ¿Quién soy? Por ende, a partir del estudio de la problemática de la enfermedad mental su funcionamiento, la anatomía y las estructuras neuronales del cerebro, la explicación a temas de trascendencia vital en la historia de la humanidad. Utiliza en principio, el trastorno mental de la histeria que en el sentido médico estricto, el paciente de repente experimenta una ceguera o desarrolla una parálisis de un brazo o una pierna, sin tener déficit neurológicos que pudieran ser responsables de su condición. Efectuados estudios de imaginería cerebral, utilizando scaners y resonancia magnética funcional, ha arrojado valiosa información en la comprensión de la histeria. El caso en que el paciente desee mover la pierna izquierda, afectado por la parálisis histérica, declarará que realmente intentaba mover su pierna, pero el área motora que en realidad en condiciones normales envía el mensaje para que se ejerza dicha actividad no se iluminó, aunque el paciente manifestara que intento moverla, la razón de ello, es que otra área del cerebro se encendió simultáneamente, la comprendida en el cingulado anterior y los lóbulos orbito-frontales, como si estas áreas estuviesen inhibiendo o vedando el intento del paciente histérico de mover su pierna. Afirma Ramachandran: “Podemos considerar la histeria como un trastorno del “libre albedrío” y el libre albedrío es un tema por el que tanto los psicólogos como los filósofos se han estado preocupando desde hace dos mil años”.

Igualmente comenta en torno a un trastorno mas extraño, el síndrome de Cotard, en el que el paciente afirma estar muerto. Los sentidos están desconectados de los centros emocionales cerebrales, en consecuencia, nada de lo que sucede a este paciente tiene significado emocional alguno, nada le causa impacto emocional, ni personas, ni objetos, ni circunstancias. Efectivamente este paciente cree que esta muerto, seria el modo de interpretar esta desolación. Dichas así las cosas, su si mismo, su conciencia de si, estarían notoriamente alteradas, al punto de encontrarse anuladas. Del mismo modo, trastornos como los ataques epilépticos y la esquizofrenia, donde en el primer caso, el mundo se torna irreal y su yo, no es real, una especie de despersonalización; y en el segundo, el paciente es incapaz de diferenciar entre actos generados internamente y estímulos sensoriales generados externamente, podría decirse, a la luz de estos eventos que la enfermedad mental puede considerarse como un trastorno de la conciencia y de si mismo.

Hasta aquí lo que tenemos es un panorama del que podemos deducir que a partir de los estados de anormalidad como las enfermedades mentales, y de los estados críticos de deterioro fisiológico y neuronal propios del envejecimiento, tendríamos una nueva perspectiva para entrar a valorar y analizar el concepto de conciencia, del “si mismo” y el yo.

Para abundar en consideraciones, me permito tocar temas como la trascendencia de los qualia y las neuronas espejo, dos tópicos que emergen de las investigaciones en materia de neurociencias y los cuales aportan una nueva y valiosa visión en relación con la conciencia de si mismo y el otro.

Las Qualia.-

Ramachandran alude a las qualia como el problema de la sensaciones subjetivas, del si mismo como el gran misterio de la ciencia y algo por lo que todo el mundo esta interesado. Deja claro precedente en el hecho de que el si mismo y los qualia son “dos caras de la misma moneda”.

Y, de forma novedosa, este estudioso del cerebro, decide filosofar en torno al sentido del “si mismo” estableciendo cinco características básicas:

1. Continuidad.- “la impresión de un hilo ininterrumpido que atraviesa todo el tejido de nuestra experiencia acompañada de la sensación de pasado, presente y futuro”.

2. Unidad.- “o coherencia de si mismo. A pesar de la diversidad de experiencias sensoriales, recuerdos, creencias y pensamientos, cada uno de nosotros se experimenta como una persona, como una unidad.

3. Encarnación o propiedad del cuerpo.- “al que nos sentimos anclados”.

4. Libre albedrío.- “la idea de ser dueños de nuestros actos y destinos. Puedo agitar mi dedo, pero no puedo agitar mi nariz o tu dedo”.

5. Capacidad de reflexión.- Según Ramachandran la más escurridiza de todas. “es la capacidad de reflexión, la conciencia que el si mismo tiene de si mismo”.

El espacio mental de las experiencias concientes es creado por múltiples funciones cerebrales diferentes, lo cual no deja de ser una única experiencia coherente; del mismo modo, no es un fenómeno únicamente biológico, sino también social.

El “si mismo agrupa fenómenos diversos”, trayendo en consecuencia consigo, el estado de conciencia del ser, fenómenos que le otorgan validez, convicción y claridad de estar vigilante y lúcido, e incluso responsable de sus propios actos. Así las cosas, fenómenos emotivos como estar feliz, triste, pensativo, meditabundo, alterado, con ira, pueden ser parte del sinnúmero de eventos que configuran el estado de conciencia de si mismo.

Posturas como la de este Neurocientífico, aportan un valioso ingrediente más al rompimiento de más de tres siglos del concepto cartesiano de la división de mente (res cogitans) y la materia (res extensa.

Del mismo modo, aborda el problema del si mismo, desde los modos como la neurociencias lo percibe:

  1. “Tal ves el problema del si mismo sea un problema empíricamente simple…al igual que los pares de bases de ADN, fue la solución al enigma de la herencia”.
  2. “Talvez tengamos éxito a la hora de explicar cada uno de estos atributos individualmente en términos de lo que esta pasando en el cerebro” (unidad, libre albedrío, continuidad). Así las cosas, el problema del si mismo, no seria problema, de igual modo, que los científicos ya no se cuestionan en torno al espíritu vital, ni se preguntan qué es la “vida”, entendida como los procesos de replicación y trascripción.. etc.
  3. De otra parte, afirma que también el problema de si mismo no sea empíricamente sencillo y exija un cambio radical de perspectiva y comprobemos que la solución estaba delante de nuestras narices. Y entonces, a mi modo de ver, no deja de asombrarme, cuando hace alusión al punto de vista de la filosofía hindú, con el siguiente comentario: “de que no existe una diferencia esencial entre el si mismo y los demás, o de que el si mismo es una ilusión”

Finalmente, intenta un modo de solución a este problema, partiendo de los qualia y la autoconciencia como patrimonios de los seres humanos y el lenguaje como catalizador del desarrollo de dichas características, y a su vez como respuesta de las mismas. Del mismo modo a la premisa inicial de que las qualia y el si mismo son dos caras de la misma moneda, no se puede tener los unos sin el otro, la capacidad de utilizar circuitos cerebrales para crear metarepresentaciones sensoriales y motoras (segundo cerebro que ha evolucionado en los seres humanos para proporcionar una descripción de los procesos mas automáticos que se suceden en el primer cerebro) pensamientos y comunicación mediante el lenguaje. Los lóbulos temporales en particular el lóbulo temporal izquierdo, es el lugar donde se representa la mayor parte del lenguaje, es en ésta área del cerebro donde procesamos las percepciones, las conjeturas, los silogismos, los razonamientos en torno a lo elemental cotidiano, por ejemplo. Cuando esta alterado o dañado el paciente parece estar totalmente despierto, pero pierde todo deseo de hablar, pensar, escoger o actuar. Así los qualia sin un si mismo que los experimente, no tiene planteamiento razonable. Esto puede describirse en máximas como “saber, y saber que se”. La sensación de unidad del si mismo, se ve enriquecido por las relaciones sociales y puede haber evolucionado, afirma Ramachandran, principalmente en el contexto social.

Así las cosas, las qualia son una característica de la conciencia de la propia actividad mental; es decir, una mente que es conciente de su propia función cognitiva, conoce las cosas que aparecen frente a ella, y además sabe que las conoce.

A lo largo de los últimos veinticinco años en el estudio de la mente, ha fructificado un análisis interdisciplinario, en el cual la Bioética, como disciplina recién naciente, propicia la comprensión trascendente entre áreas tales como la Biología, las neurociencias, la psicología, la filosofía y la ética.

De tal manera, mente y materia no son dos categorías distintas, sino que pueden ser vistas como manifestaciones de dos aspectos complementarios del fenómeno de la vida: proceso y estructura.

El estudio de la conciencia nos lleva a concluir que consiste en un proceso cognitivo resultante de una compleja actividad neuronal. Como máxima expresión de carácter “superior”, la conciencia de si mismo, por un sujeto pensante y reflexivo, que implica la capacidad de mantener imágenes, que nos permite formular valores, creencias, objetivos y estrategias de vida. La comprensión de la vida, con la evolución del lenguaje en el mundo social organizado, la cultura.

Dicha comunicación no solo consiste en la transmisión de información, sino de forma más sofisticada, implica la coordinación acoplada del comportamiento entre organismos vivos. Estas interacciones recurrentes y recíprocas, nos hace a todos partícipes por el fenómeno del lenguaje, del mundo de la vida, un mundo cooparticipativo.

Neuronas espejo.-

Es de conocimiento actual, la existencia de un grupo de neuronas, en los lóbulos frontales, conocidas como las neuronas espejo, de las cuales “sospecha” Ramachandran, son las responsables, por lo menos en parte, en generar nuestro sentido de autoconciencia “encarnada” y también relacionadas con nuestro sentido de “empatia” con los demás.

Afirma: “…las neuronas espejo pueden haber tenido un papel vital en la emergencia de otra cualidad importante de nuestras mentes –el aprendizaje por medio de la imitación- y por lo tanto en la transmisión de la cultura”.

Esta clase de co-dependencia entre genes y cultura sugiere que el debate naturaleza/crianza carece de sentido en el contexto de las funciones mentales humanas… Nuestros cerebros están inextricablemente ligados al medio cultural en el que están inmersos y, si fuéramos criados en una cueva por lobos o en un entorno carente de cultura, casi no seríamos humanos, del mismo modo que una célula no puede existir sin su mitocondria simbiótica”.

Las neuronas espejo son un mecanismo para comprender las intenciones del otro, para desarrollar una teoría de la mente y hacernos hábiles en la comprensión de la vida en sociedad. La actividad psíquica, es el fundamento que le permite a la persona, su realización como tal. Las sensaciones, percepciones, el conocimiento, la memoria, las emociones, el lenguaje, los planes y proyectos de vida dependen de nuestras redes neuronales. Esto nos lleva a la reflexión de implicaciones filosóficas, tales como el preguntarse la forma en que estas redes neuronales afectan la voluntad, la libertad del sujeto y su propia identidad. No podemos perder de vista que somos seres sociales, en ello se basa nuestra sobrevivencia sobre el planeta. Con el descubrimiento de estas neuronas, las acciones observadas en los otros ya no se explican por los mecanismos relacionados con la memoria, ahora podemos de forma sencilla comprender la forma habitual de todos los seres humanos de entender inmediatamente lo que el otro hace y sus intenciones. Ello supone romper la barrera entre uno mismo y los otros, y por ende, la construcción de reglas morales, proyectos de vida y congruencia compartida de buenos sentidos de vida.

De esta manera, y con el apoyo de la Bioética, es viable el diálogo experimental entre las neurociencias y la filosofía, de la Biología y la ética en el manejo de máximas complejas de inter-retro-alimentación, reciprocidad y alteridad, en la búsqueda de proyectos de vida que harán de la vida compartida, una buena y mejor calidad de vida, para todos los seres vivos.

Vistos los precedentes expuestos, la noción del otro, es condición necesaria para existir, para ser, para el si mismo, para la reflexión, la introspección, la creación de imágenes. Sin el otro, somos una mera ilusión. Por este hecho, se crea una solidaridad inter vivos, en la cual cada uno sigue gozando de autonomía relativa, con valor y sentido de si mismo. Con dimensiones complementarias, que en el nivel humano se manifiesta entre el homo sapiens (inteligente) y el homo demens (loco-demente). La convicción del ser individuo-social y especie, lectura que no admite totalitarismos unidimensionales. Este individuo, es un sujeto plural, global, un ser cultural, que puede ser estudiado desde todas las disciplinas existentes, pero jamás descontextualizado, porque su autonomía emana de una variada e ilimitadas interacciones con sus semejantes y demás seres vivos.

Nancy Velasco Parrado

Abogada, Socióloga, especialista y Master en Bioética

Universidad Ramón Llull (Instituto Borja de Bioética)

Barcelona (España)



[1] Catedrático de Universidad del Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo Titulación: Licenciado en Psicología (Universidad de Salamanca). Doctor en Psicología (Universidad Complutense de Madrid).

[2] Sims, A. (2003). Symptoms of the mind: An introduction to descriptive psychopathology (3rd ed.). Amsterdam: Elsevier.

[3] Michael S. Gazzaniga, profesor de psicología en la Universidad de California, en Santa Bárbara, donde dirige el nuevo centro SAG para el estudio de la mente. En 1961 Gazzaniga se graduó en el Dartmouth College. En 1964 recibió un premio en psicobiología del Instituto de California de Tecnología, donde trabajó bajo la ayuda de Roger Sperry, con una responsabilidad primaria para iniciar la búsqueda de la división del cerebro y sus funciones. En sus trabajos ha hecho importantes avances para nuestro entendimiento de las funciones de lateralización en el cerebro y cómo los hemisferios cerebrales se comunican el uno con el otro.

[4] Neurocientífico y director del Centro del Cerebro y la Cognición de la Universidad de California en San Diego; es autor de A Brief Tour of Human Consciousness y coautor de Phantoms in the Brain.

[5] Gazzaniga “El envejecimiento cerebral” El Cerebro Ético, Barcelona, 2006, 35-47.

[6] Gazzaniga “La culpa la tuvo el cerebro” El Cerebro Ético Barcelona 2006, 99-112.

[7] Masson “Manual Diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” Barcelona. 1995.

[8] Ramachandran “Neurociencia: la nueva filosofía” Los Laberintos del Cerebro, Barcelona 2008. 83-103.

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