jueves, 13 de mayo de 2010

LAS “NEURONAS ESPEJO” EN EL JUGADOR DE POKER, CODIFICAN INFORMACIÓN QUE EL OTRO CREE QUE DESCONOCE

“Si el lenguaje fue dado al hombre para ocultar sus pensamientos, luego, el propósito del gesto fue revelarlos”

Jhon Napier.

Investigaciones metodológicas de Brain imaging, en concreto la tomografía por emisión de positrones (Positron Emissión Tomography o PET)[1] y la resonancia magnética funcional para imágenes (functional Magnetic Resonante Imaging) permiten visualizar en tres dimensiones las variaciones del flujo sanguíneo en las diversas regiones del cerebro por la ejecución y observación de específicos actores motores y medir de este modo, su grado de activación. Se confirmó que tanto en los simios como en el hombre se hallan presentes mecanismos de “resonancia” en el lóbulo frontal y el lóbulo parietal. Dichos sistemas de neuronas “espejo” codifican como factor primordial, la comprensión del significado de las acciones ajenas, no solo el acto observado sino también la intención con la que se lleva a cabo. La comprensión de los gestos, tal como lo expresaría el pensador Francés Ponty Merleau: “…resulta posible por la reciprocidad de mis intenciones legibles en la conducta ajena. Todo ocurre como si la intención del otro habitara en mi cuerpo o como si mis intenciones habitaran en el suyo”.

Un jugador de póker, ha de tener plena conciencia de que en su cerebro codifica un sistema de neuronas en la comprensión de sus posturas, el qué y el cómo expresar, cómo y cuánto hablar, el usar accesorios para mimetizarse o camuflarse, manejo de reacciones, movimientos y gesticulaciones; lo cual le conducirá necesariamente al entendimiento de las del otro. Con una actitud relajada, de buen humor, controlada y buenos niveles de concentración, cálculo y previsión anticipada de movimientos. Todo ello, porque como acto reflejo especular, en este ejercicio social de acciones y reacciones, los otros, también habitarán su mundo de intenciones y conductas.

La teoría de la simulación.-

Una vez descubiertas las “neuronas espejo” se registro un gran crecimiento en torno a la postura de la simulación. Los datos empíricos resultado de los laboratorios de Giacomo Rizzolatti y Vittorio Gallese, publicados en el 2005, demuestran que dichas neuronas codifican las intenciones asociadas con los movimientos observados. El neurólogo Marco Jacoboni[2] afirma que de acuerdo con la información que se ha obtenido de dichas neuronas, simulamos lo que hacen los demás de una manera automática y bastante inconsciente, No obstante, las neuronas espejo codifican las intenciones asociadas con los movimientos observados. Las neuronas espejo nos ayudan a simular en el cerebro las intenciones de los demás, lo que nos brinda una amplia comprensión de sus estados mentales. Del mismo modo, son ellas, las que ofrecen la comprensión automática y profunda de los movimientos de las manos y gestos de otras personas y la imitación de tales gestos, como si estuviéramos dentro del otro. Quienes han nacido con el síndrome de Moebius cuentan con una incapacidad genética para mover los músculos del rostro, manifiestan una incapacidad de reconocer las emociones de los demás, por ende, no pueden vivir en la expresión facial del otro, ni percibir como él vive en el suyo. De modo que, jamás este sujeto podrá otorgarse el placer mental de un juego de póker, porque no cuenta con la capacidad de “leer al otro”, ni con gestos delatores que obtengan o generen información. Solo después de sentir las emociones asociadas con las expresiones faciales observadas, podemos reconocerlas de manera explícita.

El yo y el otro están “co-constituidos”.-

En la tradición fenomenológica, la comprensión del yo y el otro se iluminan recíprocamente y sólo pueden entenderse en su interconexión. Las neuronas espejo encarnan tanto la interdependencia del yo con el otro, al activarse en las acciones de ambos, como la interdependencia que al mismo tiempo sentimos y necesitamos, al activarsen con mas potencia con las acciones propias. Los resultados obtenidos experimentales revelan las raíces biológicas de la intersubjetividad, desvirtuando la tradicional creencia de la cultura occidental, dominada por el individualismo y la completa separación entre yo y el otro.

El factor de intersubjetividad en un jugador de póker, significa un desarrollo atento de las alteraciones comportamentales de los otros jugadores, con el objeto de construir un perfil útil de sus expresiones reveladoras de su juego.

Superneuronas espejo.-

El entendimiento de “alto rango” de comportamientos complejos, indican un orden superior denominado por Jacobini, Superneuronas espejo, porque son una capa neuronal funcional que se encuentra “por encima de” las neuronas espejo clásicas, que controlan y modulan su actividad. Ubicadas en la corteza orbito frontal, corteza cingulada anterior y área motora presuplementaria (parte delantera del cerebro). El patrón de actividad de estas neuronas sugiere que pueden tener un función inhibitoria durante la observación de la acción, que al cerrarse, “ordenan” a las neuronas espejo clásicas que la acción observada no debe imitarse; ayudando de esta forma a esculpir el sentido apropiado del yo, en un nosotros, que si bien, esta interconectado, es diferenciado y con un grado de autonomía.

Esta función inhibitoria tiene vital importancia para el jugador de póker, dado que la tendencia natural es la de imitar acciones observadas; de tal manera que, con la conciencia opuestamente diversificada de los actos observados, los otros jugadores, pueden ser conducidos a error, para su propia satisfacción. Las Superneuronas espejo aumentan su tasa de activación durante las acciones del yo, pero la disminuyen durante las acciones de los demás.

Así las cosas, las neuronas espejo parecen proyectar de manera interna, “introyectar,” a los otros en nuestro propio cerebro. Nos ayudan en nuestro proceso de autorreconocimiento, por pertenencia a grupo social específico, con quienes sentimos símbolos de comunidad afines. Sin trucos de magia, el cerebro es capaz de acceder a otra mente mediante mecanismos neuronales del reflejo especular y simulación.

Nancy Velasco Parrado

Abogada, Socióloga

Master en Bioética



[1] Rizzolatti y otros, 1996. Vease también Grafton y otros 1996; Grézes y otros 1998, 2001.

[2] “Las neuronas espejo. Empatia, Neuropolítica, Autismo o de Cómo entendemos a los otros”. Págs. 77 y ss.

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