lunes, 10 de mayo de 2010

¿PODRÁ LA FÍSICA DAR EXPLICACIÓN A LAS PREGUNTAS DEL DEVENIR Y EL SER?

¿PODRÁ LA FÍSICA DAR EXPLICACIÓN A LAS PREGUNTAS DEL DEVENIR Y EL SER?

“La eternidad es tiempo

Tiempo, eternidad

Considerarlos opuestos

Es culpa del hombre”

Libro de Angelus Silesius

El conocimiento consciente, racional, del mundo es una forma fundamental de asumir la realidad, por tanto, nosotros los seres humanos estamos inmersos en una realidad de la que participamos con otros elementos, leyes y formas de vida, como parte de un todo.

Sin embargo, en la práctica, el esfuerzo intelectual no siempre procede de razonamientos deductivos o inductivos, la clave de muchos avances científicos residen en la inspiración, saltos imaginativos, satori[1].

Formular una “Teoría de Todo” como posibilidad de encontrar una explicación del mundo en términos de un sistema de verdades descriptivas de la razón de ser de los humanos en el universo, su origen, y el de las leyes naturales, entrelazados de manera dinámica y coherente respondería a preguntas que sempiternamente han quitado el sueño a pensadores y científicos.

Los seres humanos siempre se han sentido maravillados ante la sutileza, majestuosidad e intrincada organización del mundo físico. La trayectoria de los cuerpos celestes, los ritmos de las estaciones, las criaturas vivientes tan bien adaptadas a sus entornos, todo tan perfectas, no parece ser un efecto del azar, o un accidente. Lo cual, ha conllevado a lo largo de la historia de la humanidad, a plantearse la acción de una divinidad, con un propósito. Sin embargo, ha sido la ciencia la que ha desprovisto al universo de parte de ese misterio, sin éxito total. Coincide con ello, el físico Steven Weinberg[2] al afirmar: “Cuanto mas comprensible aparece el universo, mas sin sentido parece a la vez”.

Orden, complejidad y uniformidad.-

El universo es muy ordenado, sus leyes físicas bien definidas, relaciones de causa-efecto definidas, el mundo físico no presenta regularidades arbitrarias, está ordenado de un modo muy especial; es complejo, una complejidad organizada, surgida de un caos primario en una secuencia de eventos autoorganizados enriquecidos progresivamente en su evolución, de lo cual emerge una profundidad significativa. Ese “universo” como concepto que lo abarca todo, contiene seres vivos, objetos y sistemas individuales en un todo unificado y consistente. Las fuerzas de la naturaleza no son una conjunción dispar fruto del azar; se ensamblan juntos en retroalimentación armónica. Por ejemplo, la fuerza de la gravedad combinada con las propiedades mecánicas y termodinámicas del gas hidrógeno logran crear gran número de bolas de gas, las cuales, bastante grandes, hacen desencadenar reacciones nucleares, pero no lo suficiente para colapsar un agujero negro, pero si para hacer nacer las estrellas estables. El ciclo de la vida de las estrellas brinda un ejemplo en el que los aspectos a gran escala y a pequeña escala de la física se encuentran estrechamente interconectados para producir la compleja variedad de la naturaleza, la cual, presenta gran uniformidad, vista en los electrones que dibujan la imagen del televisor, los cuales, tienen exactamente la misma masa, carga y momento magnético que los de la luna o los del borde del universo visible.

Podemos decir, ahora con el avance de la bioquímica, la genética y la biología molecular, como dijo el Bioquímico Lawrence Henderson[3], que el universo en su propia esencia es biocéntrico. Le impresionó la regulación de la acidez y de la alcalinidad en organismos vivos y la forma en que dicha regulación depende crucialmente de propiedades muy concretas de algunas sustancias químicas. Pensaba que “el ajuste del entorno” para la vida era demasiado nítido para ser accidental, y se preguntaba qué tipo de ley es capaz de explicar tal ajuste.

De otra parte, interrogantes de cuándo y cómo empezó a existir el universo apuntan a las investigaciones de Roger Penrose y Sthepen Hawking, dónde dicha “singularidad” de tipo big bang, es una propiedad de un universo descrito por la teoría de la gravitación de Einstein. En otras palabras, el cosmos entero hubo estado reducido a un solo punto, en ese punto la fuerza gravitacional y la densidad de la materia serian infinitas. Un punto de comprensión infinita se llama en física matemática una “singularidad”. Del mismo modo, las preguntas ¿Dónde sucedió el big bang? El big bang no ocurrió en ningún punto del espacio, el propio espacio entró en la existencia con el big bang. ¿Qué ocurrió antes del big bang? La respuesta es que no hay “antes”. El tiempo comenzó con el big bang. San Agustín afirmó: “El mundo fue creado con el tiempo, pero no en el tiempo”, y esta es justamente la posición moderna de la ciencia.

Las leyes del Universo.-

En cuanto a las leyes que gobiernan el universo, podemos atribuirles características tales como universalidad, lo cual no permite excepciones, se cumple siempre y también es perfecta. Son absolutas, no dependen del observador, son, no cambian con el tiempo y son eternas, el carácter intemporal, eterno de las leyes queda reflejado en las estructuras matemáticas empleadas en los modelos físicos del mundo real. Son omnipotentes, quiero decir que nada escapa de su alcance, pueden aplicarse a todo conforme su naturaleza.

Einstein comentó alguna vez, que lo que mas le intrigaba era si Dios tuvo elección cuando creó el mundo tal como es.

¿Son las leyes físicas contingentes o necesarias?, normalmente estas leyes se consideran temporales y eternas, de tal manera que cabe pensar que son necesarias. De otra parte, conforme la física progresa su experiencia enseña que las leyes que se creían independientes, resultan estar relacionadas entre si, dicho caso esta descrito en el descubrimiento reciente de que la fuerza nuclear débil y la fuerza electromagnética no son mas que dos características de una única fuerza electromagnética, descrito por un sistema común de ecuaciones, así que las fuerzas individuales pasan a ser contingentes de otras. Cabe preguntarse: ¿Es posible que exista una súper-fuerza o una ley superior unificadora para argumentar, que sea necesaria? Muchos físicos responde a esta pregunta, si.

La contingencia del mundo, no es ya que el mundo pudiese haber sido de otro modo, sino que esta contingentemente ordenado. Esto se pone de manifiesto en la biología donde los organismos terrestres son ampliamente contingentes, configurados en esquemas. Es una combinación de contingencia, racionalidad, libertad y estabilidad del universo, lo que nos incumbe a nosotros los humanos, seres contingentes por naturaleza.

Cabe preguntarnos ¿que súper-fuerza, qué mente, qué requerimiento ético superior, qué fuerza creativa es responsable de las leyes de la física y de otros aspectos contingentes del universo? ¿Es Dios responsable de las leyes de la física y demás contingencias?

En el anterior orden de ideas, podría ser Dios un ser necesario, quien aporta la razón suficiente del universo. Pero nos enfrentamos a una seria dificultad, ¿cómo relacionar a un Dios necesario con un universo contingente, cambiante, con seres capaces de tener libre albedrío? Pero, a proposiciones necesarias, solo le siguen proposiciones necesarias.

Frente a estas disquisiciones, la teoría ex nihilo constituye una explicación, proponiendo a un Ser necesario, intemporal, que da existencia, no dentro del tiempo, a un universo material, contingente, por un acto de libre elección. Su libre voluntad conlleva, elección, contingencia, una elección libre, que pudo haber sido de otro modo. Una decisión fruto de la elección entre varios mundos alternativos, brinda la razón de ser de la contingencia del mundo real.

Pero, nos encontramos frente a otro escollo, ¿puede un Dios creador necesario, crear un mundo contingente? ¿Todo lo que sea causado por un Dios necesario, ha de ser necesario e inmutable? ¿Lo contingente no puede emanar de lo auténticamente necesario?

Dios Dipolar, en palabras de Paul Davies[4].-

La “teología de procesos[5] donde la idea fundamental es ver el mundo no como una colección de objetos, ni de sucesos, sino como un proceso con direccionalidad, que pone énfasis en el carácter abierto e indeterminista de la naturaleza. El futuro no esta implícito en el presente, hay elección de alternativas. El mundo es más que la suma de las partes. Un ser humano es más que una colección de átomos, hay muchos otros niveles complejos organizados, como los conceptos de persona, si mismo, ser, voluntad.

El nacimiento de la mecánica cuántica puso punto final al mecanicismo determinista; de igual modo, los trabajos recientes de Popper, Morin acerca del caos, la autoorganización, los sistemas no lineales, sistemas abiertos y complejos, han puesto a la comunidad científica pensar en sistemas abiertos influidos y determinados por el entorno y sus componentes.

En la filosofía de Whitehead es la idea del un Dios responsable del orden del mundo, no por acción directa, sino mediante las potencialidades proporcionadas al universo. Así las cosas, Dios no compromete el carácter abierto e indeterminista esencial del Universo, pero siempre como de “coadyuvador”; lo cual, guarda coherencia directa con la naturaleza progresiva y evolutiva de los seres vivos y del universo, la cual tiende a autoorganizarse en variedades cada vez más ricas y complejas. Es un Dios participante en el proceso creador, que influye y es influido por la realidad humana y por el universo físico. Así las cosas, ese Dios eterno, necesario e inmutable se acopla con la temporalidad y la contingencia de la creación. Dios puede asumir necesidad y contingencia.

El acto creativo de Dios es alternativo, porque pudo ser de otra forma, mas no lo fue, confluye con el acto de libertad, de libre albedrío del ser humano.

Una partícula como un electrón no pueden tener posición y momento definidos al mismo tiempo, podremos medir su posición y obtener un valor exacto, mas en el caso del valor del momento será completamente incierto y viceversa, Solo se pueden asignar probabilidades. La naturaleza de alternativas esta fijada. La mezcla de contingencia y necesidad corresponde a Dios, quien necesariamente determina mundos alternativos disponibles para la naturaleza, dejando a la naturaleza en “libertad” para elegir esas alternativas.

El mundo es una amalgama de azar y elección, de determinismo e indeterminismo, un sistema abierto.

Dios crea un universo contingente en un acto de libre voluntad, y ese acto dotado de libre voluntad también, es libre de renunciar a su control, en cuyo caso, el libre albedrío y el principio de incertidumbre guardan coherencia.

La noción de un cosmos creativo, reconciliando el ser y el devenir, lo cambiante y eterno, explicación que puede brindar la “estocasticidad” donde los sistemas se encuentran sujetos a fluctuaciones aleatorias e impredecibles. La estocasticidad tiene un papel protagónico en la mecánica cuántica. La inestabilidad en muchos sistemas físicos ante diminutas fluctuaciones aseguran que el futuro no queda determinado por el presente. La mecánica cuántica nos dice que un electrón tiene igual probabilidad se desvié a derecha o izquierda. La estocasticidad puede considerarse como el mecanismo eficiente a través del cual las intenciones divinas se llevan a cabo. No es necesario que Dios intervenga directamente en el curso de la evolución “jugando a los dados”, la guía puede ser efectuada por medio de leyes de organización y flujo de información.

En consecuencia, es concebible que exista un universo con evidencia clara de un Diseñador, pero oculto a nosotros, quizá la ciencia y/o la física lleguen a comprender la mente de ese diseñador y su complejidad cuando el avance científico supere la mayoria de edad.

James Jeans[6] dice: “El universo parece diseñado por un matemático puro” de igual modo expresa: “Descubrimos que el universo muestra evidencias de un poder diseñador o controlador que tiene algo en común con nuestras propias mentes individuales, no por lo que hasta ahora sabemos, emociones, moralidad o apreciación estética, pero si la tendencia a pensar del modo que, por deseo de un mundo mejor, describimos como matemáticos”.

Dice Davis: “Una explicación racional del mundo en el sentido de un sistema cerrado y completo de verdades lógicas, es casi con certeza imposible. El conocimiento último, la explicación última no están vedados por las propias reglas del razonamiento que nos urge a buscarla. Si queremos progresar mas allá hemos de dar cabida a un concepto de “comprensión” diferente del de una explicación racional. La vía mística pudiera ser un camino de acercamiento a esa comprensión. Quizá proporcione la única vía de acceso a lo que hay mas allá de los límites a los que la ciencia y las filosofías no pueden transportar, el único camino posible a lo último[7]”.

Finalmente, la conciencia de si mismo, como seres conscientes ha sido generada en cierto modo por el universo y viceversa. Nuestra constitución cerebral y funcionamiento neuronal, en especial las llamadas “neuronas espejo” expresan la forma en que somos reflejados y reflejamos el mundo circundante y el de los demás. Existe una perfecta amalgama retroalimentada que hace que nuestra existencia tenga devenir y ser, y también sentido y propósito.

Nancy Velasco Parrado.

Abogada, Socióloga, especialista y Master en Bioética.



[1] El término satori es también análogo al concepto de creatividad, También se conoce como el momento de descubrimiento (el «¡eureka!» de Arquímedes).

[2] Steven Weinberg (* 3 de mayo, de 1933) es un físico estadounidense. Ganó en 1979 el Premio Nobel de Física junto con Abdus Salam y Sheldon Lee Glashow por combinar el electromagnetismo y la fuerza nuclear débil en el Modelo electrodébil.

[3] Lawrence Henderson (Capra, 1999: 47) fue el primero que utilizó el concepto de sistema para referirse a los organismos vivos y sistemas sociales; desde entonces, sistema, ha venido a definir un todo integrado cuyas propiedades esenciales surgen de las relaciones entre las partes.

[4] Paul Davies (22 de abril de 1946) es un físico, escritor y locutor británico reconocido a escala internacional. Actualmente ocupa la posición de Profesor de Filosofía Natural en el Centro Australiano de Astrobiología en la Universidad de Macquarie, Sydney.

[5] La obra científica y filosófica de Whitehead ha marcado en los Estados Unidos una de las tendencias más importantes en el diálogo ciencia-religión durante todo el siglo XX, que va unida a la llamada filosofía y teología del proceso.

[6] es el pionero de la excelencia británica en cosmología, que ha perdurado hasta el día de hoy. Fue el primero en proponer una teoría del estado estacionario basada en la hipótesis de la creación continua de materia en el universo. Esta teoría se demostró falsa con el descubrimiento de la radiación de fondo de microondas, que se interpretó como la “firma” del Big Bang.

[7] La Mente de Dios, Paul Davies. Pagina 226.

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